Publicado el 17.04.2020
La Catedral de Valencia ha iniciado las obras para la reparación de las filtraciones que se producen por la cubierta en la Capilla del Relicario, del siglo XIX, y que habían motivado la retirada de las reliquias al museo catedralicio y la colocación de una lona protectora de color blanco en los últimos meses.
Una vez que el Ayuntamiento ha otorgado ya la licencia de obras, autorizadas a su vez por la Dirección General de Cultura y Patrimonio, se ha iniciado la colocación de los correspondientes andamios.
Las obras, que tienen prevista una duración de tres meses y se han iniciado ahora ante el creciente deterioro por el aumento de las filtraciones, serán sufragadas con fondos propios de la Catedral y se llevan a cabo por personal especializado.
La Capilla del Relicario, que fue construida a comienzos del siglo XIX como una prolongación de la antigua sacristía, cuenta con una cubierta de teja y una linterna en su parte superior, por las que se produce la “entrada de agua de lluvia a través del tejado y de las mismas piezas de alabastro”, según el arquitecto conservador de la Seo, Salvador Vila.
Para llevar a cabo la reparación, se colocará sobre la Capilla del Relicario una cubierta provisional por encima de la cubierta original que será desmontada por completo (tejas, tablero, rastreles y vigas).
“Se sustituirán todas las vigas de madera utilizando los mismos huecos de empotramientos y apoyos que tienen, tanto en el muro de ladrillo que da a la calle como en la fábrica de sillería que cierra las capillas absidiales”, ha explicado el arquitecto de la Catedral. En caso de no ser posible el desmontaje de las vigas “serían reforzadas ampliando su apoyo”.
Bajo la cubierta se colocará una “capa de material de aislamiento térmico e impermeabilizante”. Cuando esté montada de nuevo la cobertura de teja, en las ventanas de alabastro que protegen los huecos de la linterna sobre la capilla “se realizará también una labor de saneado y se sellará cualquier punto susceptible de entrada de agua de lluvia”.
Una vez se haya secado el interior de la Capilla del Relicario, ahora húmeda por las filtraciones, se procederá también a su restauración completa, incluidas su decoración y las pinturas al fresco, así como los armarios de las Reliquias.
Sin embargo, “cabe recordar que el Cabildo tiene proyectado, para cuando sea posible, dotar a la cúpula de la Capilla del Relicario de su propia cubierta y al mismo tiempo eliminar el muro y el tejado que la ocultan”, declara el arquitecto. De esta forma “también se liberarían las fachadas góticas de los absidiolos y las gárgolas dejarían de lanzar definitivamente el agua de lluvia sobre el tejado”.